Enfermedades respiratorias en invierno: Cómo proteger a los adultos mayores
- Dra. Diana Alejandra Anaya Ávila
- 11 ene
- 3 Min. de lectura
El invierno trae consigo bajas temperaturas que, aunque pueden ser agradables para algunos, también representan un aumento en el riesgo de enfermedades respiratorias, especialmente para los adultos mayores. Las infecciones como la gripe y la neumonía tienen un impacto significativo en esta población, debido a los cambios propios del envejecimiento en el sistema inmunológico y la presencia de enfermedades crónicas subyacentes. En este artículo, exploraremos estrategias de prevención y manejo de estas afecciones, destacando la importancia de las vacunas como herramienta fundamental de protección.

Por qué los adultos mayores son más vulnerables?
Con la edad, el sistema inmunológico se debilita, lo que se conoce como inmunosenescencia. Esto dificulta la capacidad del organismo para combatir infecciones y responder eficazmente a las vacunas. Además, muchas personas mayores tienen condiciones médicas como diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o insuficiencia cardíaca, que aumentan el riesgo de desarrollar complicaciones graves por infecciones respiratorias.
Factores de riesgo en el adulto mayor
El envejecimiento se asocia con cambios fisiológicos que afectan la función pulmonar y la capacidad de respuesta inmunitaria. Entre los principales factores que aumentan el riesgo de enfermedades respiratorias en adultos mayores están:
Descontrol o ausencia de tratamiento / seguimiento de enfermedades crónicas como diabetes, EPOC, insuficiencia cardíaca y enfermedad renal crónica.
Uso de medicamentos inmunosupresores.
Exposición a temperaturas bajas y contaminación ambiental.
Malnutrición y deficiencias vitamínicas, particularmente de vitamina D.
Prevención: el papel clave de las vacunas
Las vacunas son una herramienta indispensable para prevenir enfermedades respiratorias en adultos mayores. Se recomienda prestar especial atención a las siguientes:
Vacuna contra la influenza: Se recomienda una dosis anual, preferentemente entre los meses de septiembre y noviembre, antes del inicio de la temporada invernal.
Vacuna contra neumococo: Protege contra infecciones neumocócicas, como neumonía y meningitis. Existen dos tipos de vacunas (PCV13 y PPSV23) que se administran según indicaciones médicas, con refuerzos cada cinco a diez años, dependiendo de las condiciones de salud del paciente.
Vacuna contra COVID-19: Es crucial mantener actualizadas las dosis de refuerzo según las recomendaciones de las autoridades sanitarias, ya que esta vacuna reduce significativamente el riesgo de hospitalización y complicaciones graves.
Otras medidas de prevención
Además de las vacunas, existen otras estrategias para reducir el riesgo de enfermedades respiratorias:
Higiene y medidas de protección
Lavado frecuente de manos con agua y jabón por al menos 20 segundos.
Uso de mascarillas en lugares concurridos o cerrados.
Evitar el contacto cercano con personas enfermas.
Mantener un ambiente saludable
Asegurar una buena ventilación en espacios interiores.
Utilizar humidificadores para mantener un nivel adecuado de humedad.
Evitar el uso de calefactores que generen humo o contaminantes.
Alimentación equilibrada y estilo de vida activo
Consumir una dieta rica en frutas, verduras, proteínas y grasas saludables para fortalecer el sistema inmunológico.
Realizar actividad física moderada adaptada a la capacidad del adulto mayor
Importancia del acompañamiento familiar y del cuidador
Los cuidadores desempeñan un papel fundamental en la prevención y manejo de estas enfermedades. Es vital que estén atentos a los cambios en el estado de salud del adulto mayor y faciliten el acceso a la atención médica y las medidas preventivas.
Señales de alerta y manejo temprano
Si un adulto mayor presenta fiebre alta, dificultad para respirar, tos persistente o confusión, es crucial acudir de inmediato al servicio de urgencias más cercano. La atención oportuna puede marcar la diferencia al prevenir complicaciones graves y garantizar un manejo adecuado de las infecciones respiratorias.
Conclusión
El invierno no tiene por qué ser sinónimo de enfermedad. Con medidas preventivas adecuadas, como la vacunación oportuna y la implementación de hábitos saludables, es posible proteger a los adultos mayores de las infecciones respiratorias. Recuerde que la salud en esta etapa de la vida es un derecho y una prioridad.
Referencias:
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